Hace poco vi una película muy bella, se las recomiendo, se llama "yo antes de ti" (me before you), Uno de esos dramas conmovedores de los que forzosamente aprendemos cosas de la vida, que por esa extraña circunstancia del ser humano, no logramos aprender sin la necesidad de abocarnos al dolor ajeno y al propio. Una película de 2016, que relata cómo la vida de un joven talentoso, exitoso y con todos los medios económicos encuentra un giro desafortunado en su existencia, de la que decide renunciar colocando una fecha para su eutanasia con el propósito de no seguir siendo en lo que se ha convertido.
No se las comentare toda, por que me gustaría que la observaran, sugiero unos pañuelitos a la mano, para aquello del lagrimeo. Sin embargo hubo algo, que es en lo que que quiero centrar éste artículo y que se evidencia en el desarrollo de la película, y que tiene que ver con la forma cómo llegamos a comprender por que se vuelve tan vital aprovechar cada segundo de nuestra existencia, cada momento que tengamos para vivir como se merece, cada minuto para estar con aquellos que amamos y nos aman y que tiene que ver con lo que el protagonista hace para ponerse al día con aquello que le podría generar disfrute y placer; la lista de los deseos.
Yo mismo, durante muchos años de mi vida he procastinado un montón de cosas que debí hacer hace mucho tiempo, culpé al trabajo, al no tener dinero, a no tener compañía para ello, a no tener tiempo, a tener pareja, a no tenerla, a que no fuera el momento adecuado, a tener otros compromisos y así excusa tras excusa se me fue pasando la vida sin hacer aquello que me generaba una ilusión, un interés o una motivación para seguir viviendo. Inclusive priorice otras cosas que al final del día ni siquiera merecieron ser vividas. No pienso regodearme con viejos dichos que lo único que hacen es mimetizar mi falta de empuje y empeño, cosas como "Dios tiene un tiempo para cada cosa" o "todo llega cuando tiene que llegar", solo fueron pretextos para tratar de ocultar, lo incapaz que fui de hacer lo que correspondía. Y sé que a muchas personas que leen mis artículos les puede estar pasando esto, con la diferencia de que no necesariamente tenemos que conocer el final de nuestros días para hacer nuestra propia lista de deseos.
Ya ésta pandemia por si sola nos ha llevado a resignificar muchas cosas pero generalmente en familia, con nuestros hijos o nuestra pareja. Yo quiero invitarlos a que la lista sea individual, no involucres a nadie distinto a ti, llegó el momento de comenzar a cumplir con tus sueños, con tus propósitos de vida, con aquello que alguna vez abandonaste por que pensabas que eran mas importantes otras cosas que cumplir con lo tuyo primero. Realizarnos individualmente es el principio fundamental de sentirnos bien en el mundo, solo así cuando sintamos que estamos plenos, que hemos hecho aquello que con el corazón y el deseo queríamos vivir, lograremos sentirnos bien para desarrollar otros sueños compartidos con quienes están a nuestro lado. Ya llegó el tiempo para ti, para entender que la vida es efímera, es prestada, es un ratico. Un estudio, un viaje, un proyecto, cualquier cosa que tu sientas que de haberlo hecho en un momento determinado de tu vida habría generado un click en ella...hazlo. Siempre y cuando eso no atente contra tu seguridad física y emocional y no ponga en riesgo a quienes amas, debes hacerlo. No esperes a nada, no pidas consejos, no preguntes a nadie, toma la decisión que dicte tu corazón y entonces cuando llegue el momento de partir, de dejar este mundo por que así ha de ser en algún punto de la linea de la existencia, nos iremos con una sonrisa, por que de antemano sabremos que hicimos y cumplimos con el propósito por el cual llegamos en algún momento a nacer...ser felices.
Como siempre, un abrazo para todos.